La Pica de Deli Mel
El Sabor del amor y el esfuerzo
En nuestro camino por Berlín y tratando de conocer la historia que hay tras algunos emprendimientos latinoamericanos en la ciudad, nos encontramos con La picá de deli mel. Ahora bien, antes de describirles de las maravillas que probamos en nuestra visita a este local de comida, queremos contarles un poco la historia que hay tras este consolidado emprendimiento.
Felipe Altmann y Melissa Díaz son los dueños. Si bien son ambos chilenos de la ciudad de Santiago, ellos llegaron a Berlín en tiempos diferentes. Felipe llegó en el año 2011 a Berlín desde Madrid, donde había estado trabajando desde el año 2005. Mientras tanto Melissa trabajaba como ingeniera de proyectos en construcción del Hospital de la ciudad de Antofagasta. En ese entonces sus caminos aún no se cruzaban y ambos no se imaginaban lo que el universo tenía preparado para ellos.
Felipe, en su búsqueda de una mejor suerte, probó varios trabajos diferentes en Berlín, o como se dice en Chile, estuvo pituteando en la ciudad. Para alejarse del frío de Berlín, Felipe viajaba cada año entre los meses de diciembre a marzo a Chile, donde pasaba sus vacaciones. A finales del año 2014 decidió visitar junto a sus amigos la mágica ciudad de San Pedro de Atacama, en el norte de Chile. Rodeada por una vista impactante de nuestra vía láctea, la ciudad presentó a Felipe y Melissa.
Lo que comenzó como un amor 
de verano, cambiaría rápidamente en marzo de 2015, cuando Felipe se preparaba para volver a Berlín. Aquí ambos recibieron la noticia de que serían padres. Debido a las circunstancias comenzó aquí una relación a distancia. Ambos separados por miles de kilómetros y a pesar del poco tiempo de conocerse, decidieron que querían criar a su hijo juntos. Melissa, haciendo un enorme sacrificio, decidió venirse a Berlín y con más de 8 meses de embarazo tomó el avión para llegar al frío invierno de la ciudad. En Chile dejó atrás un trabajo, amigos y familia con el fin de jugárselo todo por intentar formar una vida junto a Felipe y el hijo que ambos esperaban.
Sin embargo la alegría que trae el nacimiento de un hijo se vio empañada para Melissa por el no poder compartir la felicidad con la familia, el estar en un país extraño y sobre todo con un idioma diferente. En un intento por volver a lo que nos hace ser lo que somos, Melissa comenzó a buscar refugió en algo conocido: la Gastronomía. Esta era una pasión que siempre había llevado consigo y que se había traspasado en su familia de generación en generación.
Con el tiempo Melissa fue observando que podría quizás ganarse la vida con esto y con el apoyo de Felipe, comenzó a vender sus creaciones por internet. Sus primeras ventas fueron empanadas. El increíble sabor de las empanadas que comenzaron a vender hizo que se corriera rápidamente la voz por los residentes latinos de Berlín. Nunca se imaginaron que la idea tendría el éxito que tuvo y comenzaron a recibir cada vez más pedidos. Esta fue la confirmación que Melissa necesitaba para lanzarse de lleno a seguir su pasión y dejar atrás una profesión, que hace mucho tiempo, pensaba la definía.
El primer salto que junto a Felipe hicieron, para transformar esta pasión en un negocio, fue un pequeño local ubicado en el conocido sector de Kreuzberg, cerca del Görlitzer Park. Aquí pusieron sus energías y creatividad para tratar de ofrecer a los berlineses un poco de la genialidad culinaria de Melissa. Sin embargo, no todo siempre funciona como uno espera y al poco tiempo vieron que su esfuerzo se estaba esfumando casi completo en pagar condiciones de arriendo abusivas, con muy poco espacio y libertades para hacer del lugar una clara representación de lo que ellos son. En este transcurso el hijo de Felipe y Melissa fue diagnosticado con Autismo, lo que lejos de entristecerlos, los fortaleció y les dio una razón más para luchar como familia con todas las fuerzas posibles.
Así llegaron al lugar en el que están ahora. Ubicados a 20 minutos de Landsberger Alle, en la Freienwalder Str. 14a, se encuentra este nuevo local de ambos, donde han puesto todo su esfuerzo y creatividad. Aquí el destino les sonríe ahora de manera diferente. En un barrio de artistas y donde gran parte de la población es alemana, la picá de deli meli se ha convertido en una representante de alto nivel de la cocina chilena y de su gente. Con más de 100 evaluaciones en Google y un promedio de 4,9, es decir a una sola décima del máximo de 5 puntos, el local de Felipe y Melissa goza de un ranking del que pocos locales de Berlín pueden presumir.
La genialidad de la cocina de Melissa y la acogedora bienvenida de Felipe te transportan al continente sur, lo que te permite en una mezcla de delicia y nostalgia disfrutar de una comida que se vuelve rápidamente inolvidable. Después que probamos la exquisita empanada de carne mechada queso y una chilenische Burger (Churrasco), lo primero que les preguntamos a ambos, es si pensaban quedarse para siempre en Berlin. Melissa nos dijo, que, si bien le gusta mucho Berlín y de alguna manera se ha hecho amiga de la ciudad, su sueño es vivir su vejez en Chile.
Para nuestra tranquilidad, queda mucho para esto, así que mientras tanto solo podemos invitarlos a visitar la picá de deli mel. Para los que somos de Berlín, tenemos que agradecer la suerte de tenerlos cerca. Para los que vienen de visita a la ciudad, es un destino irrenunciable. Aquí no solo encontrarán un local que se ha hecho con amor, historia y esfuerzo, sino que una cocina de un nivel gastronómico que hasta en Chile es difícil de encontrar, muy buenos precios y unos dueños acogedores, cálidos y transparentes que te hacen sentir como en casa.
¡Hasta pronto!